A medida que los vehículos eléctricos (VE) ganan terreno como una alternativa sostenible y respetuosa con el medioambiente, también proliferan ciertos mitos y malentendidos sobre su funcionamiento. Uno de los más extendidos es la idea de que la carga rápida en corriente continua (DC) puede dañar la batería del coche. En este artículo, queremos aclarar de dónde viene esta creencia y explicar con rigor cuál es el verdadero impacto de la carga rápida en las baterías de los VE.
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¿Qué es la carga rápida en corriente continua?
La carga rápida en DC permite recargar la batería de un vehículo eléctrico en mucho menos tiempo que la carga convencional en corriente alterna (AC), que es más lenta y suele reservarse para la carga nocturna o en casa. Gracias a esta tecnología, los conductores pueden recuperar autonomía rápidamente durante sus trayectos, lo que la convierte en una solución práctica para la movilidad del día a día.
En el caso de Powerdot, su red suma más de 10.000 puntos de recarga en Portugal, España, Francia, Polonia, Bélgica y Luxemburgo. De ellos, más de 500 son cargadores rápidos (entre 43 y 90 kW) y más de 1.500 son ultrarrápidos (entre 90 y 250 kW), ubicados estratégicamente en centros comerciales, restaurantes y otros espacios de uso cotidiano. Esto permite recargar fácilmente mientras haces una parada.
¿Es cierto que la carga rápida daña la batería?
La preocupación viene del calor que se genera durante una sesión de carga rápida: se teme que pueda acelerar el desgaste de la batería y reducir su vida útil. Pero esta visión no tiene en cuenta cómo están diseñados los vehículos eléctricos actuales.
Hoy en día, los VE incorporan sistemas avanzados de gestión de batería que controlan parámetros como la temperatura, el voltaje o la velocidad de carga para asegurar que todo funcione dentro de rangos seguros. Estas protecciones permiten utilizar la carga rápida sin poner en riesgo la batería.
¿Entonces es seguro usar la carga rápida?
Sí, usar con frecuencia la carga rápida no va a dañar gravemente tu batería. Aunque es cierto que puede generar un desgaste algo mayor que la carga lenta, los fabricantes han desarrollado tecnologías que minimizan ese impacto. Los sistemas de refrigeración activa, por ejemplo, evitan que la batería se sobrecaliente, incluso durante cargas intensas.
Además, los avances en las celdas de ion-litio han mejorado su estabilidad térmica y resistencia, lo que hace que las baterías actuales soporten mejor potencias altas sin degradarse rápidamente.
En resumen: si haces un uso moderado de la carga rápida y mantienes unos buenos hábitos, puedes beneficiarte de recargas rápidas sin comprometer la durabilidad de tu batería.
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Buenas prácticas para cuidar la batería
Aunque la carga rápida es segura, estos consejos te ayudarán a maximizar la vida útil de tu batería:
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Evita descargarla por completo con frecuencia: Intenta mantenerla entre un 20% y un 80% de carga.
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Cuida la temperatura: En días muy calurosos, aparca a la sombra siempre que sea posible para proteger la batería.
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Elige puntos de carga fiables: Utiliza estaciones bien mantenidas y de confianza. Las de Powerdot, por ejemplo, están disponibles en apps de movilidad eléctrica (eMSP) o directamente en Google Maps.
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En resumen: aprovecha la carga rápida sin miedo
La carga rápida en corriente continua es una herramienta muy útil para recargar tu VE en ruta. Y si haces un uso equilibrado, su impacto sobre la batería es mínimo. Conocer cómo funciona esta tecnología y aplicar buenas prácticas de carga te permitirá moverte con más libertad, sin comprometer el rendimiento ni la vida útil de tu coche eléctrico.
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